La URT entregó 100 hectáreas del predio La Gran Vía como proceso de restitución a casi 2000 familias que fueron desplazadas de Salamina, en el norte de Magdalena, debido a la violencia paramilitar del Bloque Norte de las AUC en cabeza de alias ‘Jorge 40’.
El pasado 21 de junio se entregó esta tierra, que beneficiará a 28 núcleos familiares. El fallo judicial emitido por el Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras también permitirá que estas parcelas sean cultivadas gracias a la implementación de los proyectos productivos.
“Los hermanos campesinos de Guáimaro hoy recibieron su sentencia y esta es una gran noticia para el departamento de Magdalena, por eso elegí acompañar la entrega de manera personal”, expresó Giovani Yule, director de la URT.
La CJYC acompañó y ejerció la representación legal del proceso y la subsecuente ejecución del fallo judicial en el corregimiento Guáimaro en conjunto con la Juez que falló el caso.
Casi tres décadas de despojo
A partir de 1997 el Bloque Norte de las AUC incursionaron en Salamina y desde entonces convocaron a los habitantes de la zona bajo amenaza, exigiendo que se fueran del territorio. Posteriormente se llevó a cabo la masacre del 18 de mayo del 2000, en el que desaparecieron a un sindicalista y asesinaron a otras tres personas. Tras estos asesinatos los paramilitares pusieron letreros exigiendo la partida de los pobladores.
La AUC defendió estos actos declarando a las víctimas mortales como “guerrilleros” según el testimonio de la esposa de uno de los fallecidos. Esta fue la justificación que se mantuvo para buena parte del actuar paramilitar desde los años 80, incluso cuando no se tenían pruebas de dichas aseveraciones. Este tipo de argumentos también se han usaron para desarrollar las ejecuciones extrajudiciales.
“Ahora la esperanza ha vuelto”
«Cuando uno es pobre y tiene que abandonar su tierra, debe ganarse la vida de cualquier forma. Al conocer la sentencia nos sentimos alegres de tener garantías para regresar a nuestro predio y trabajarlo», expresó Ruth Rada, lideresa de Playón del Loro en Salamina.

Rada manifestó que lo que estaban viviendo era una muestra de esperanza, de trabajo y de lucha. «Era sencillo perder la fé», continuó la lideresa, pero deseaba que ojalá quienes murieron esperando por la sentencia pudiesen estar allí junto a ella para que pudieran ver que si era posible recibir nuevamente sus tierras.
Aun falta que se de otro fallo para la segunda porción de las víctimas que debieron abandonar sus tierras en el 2000.